Tras una larga y ardua jornada laboral, llega mi recompensa por el esfuerzo realizado: mi chico, mi amor, mi vida, mi tesoro, me está esperando para hacerme pasar las mejores horas del día, bueno, de la noche. Nuestra complicidad hace que todo cobre sentido, sus caricias, sus palabras reconfortantes, sus elaborados chistes y sus sabios y objetivos consejos siempre están ahí para mí.
¡Me siento muy afortunada de haber encontrado a mi príncipe!
No hay comentarios:
Publicar un comentario