miércoles, 12 de octubre de 2011

Mi recompensa.


Tras una larga y ardua jornada laboral, llega mi recompensa por el esfuerzo realizado: mi chico, mi amor, mi vida, mi tesoro, me está esperando para hacerme pasar las mejores horas del día, bueno, de la noche. Nuestra complicidad hace que todo cobre sentido, sus caricias, sus palabras reconfortantes, sus elaborados chistes y sus sabios y objetivos consejos siempre están ahí para mí.                                    
¡Me siento muy afortunada de haber encontrado a mi príncipe!

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