lunes, 12 de diciembre de 2011

Carta a los Reyes Magos de Oriente.


    A Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente:
   Los cuatro sabemos que ya no soy una niña y que este año, tampoco es que haya sido demasiado buena. Pero tengo propósito de enmienda y, puesto que no quiero pedir nada para mí misma, espero que encontréis un pequeño hueco para estudiar mis peticiones...
   En primer lugar, me gustaría pedir que este año a ningún niño le falten juguetes, en ningún lugar del mundo. Que lleguéis a todas las casas, chabolas, tiendas, albergues, orfanatos y hospitales del mundo. Que se acaben las colas del INEM y que todos los adultos tengan trabajo. Que termine la explotación infantil y que los niños sean puros e inocentes hasta que ellos lo decidan y no debido a que alguien les arrebató por la fuerza su infancia. Que los comedores gratuitos de los servicios sociales cierren sus puertas, porque nadie necesite recurrir a ellos. Que los gobiernos y políticos se alíen para acabar con la crisis, el hambre y el crimen.
   Que cierren todas las perreras y que la gente no abandone a los animales.
   Que el maltrato a personas y animales sea castigado con penas mayores para que NADIE se ría del sistema haciendo lo que le venga en gana.
   Que despierte mi conciencia social para poder ayudar más al prójimo, ser menos egoísta y caprichosa, pensar en los demás, no hacerle daño a nadie, a pesar de mí misma.
   Que me cuidéis a toda mi familia y a los MÍOS, sobre todo a los que están más lejos porque yo no puedo estar allí dándoles un abrazo o un beso cuando lo necesitan. Hacedles llegar mi amor y mis mejores deseos.
   Espero no haberos abrumado con mis peticiones aunque, probablemente, este año, recibiréis varias cartas que os piden los mismos regalos.
  Gracias.
 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Mi Belén


   Éste año he puesto el Belén que me dieron mis padres antes de mudarse a otra ciudad. Me trae muy gratos recuerdos... Cuando mi padre iba a buscar musgo para colocarlo sobre el papel de plata que mi madre extendía sobre el largo mueble recibidor del comedor, que tenía un gran espejo en el que se reflejaba la maravillosa ciudad llena de pastores, ovejas, vacas, cerdos, porquerizos, molinos, el río con sus cisnes y patos, por el que cruzaba un puente en el que a veces le gustaba colocar a los reyes magos sobre sus dromedarios, aunque muchas veces se caían.
   Solo montar el Belén y decorar la casa ya era un gran acontecimiento: mientras mi madre preparaba el musgo, yo tenía permiso para jugar con las figuritas del nacimiento. Y luego le ayudaba a poner guirnaldas, bolas y estrellas por toda la casa.
   Me acuerdo del primer regalo que recibí por los reyes magos... Yo tendría un par de añitos, estaba en la cama de mis padres y me regalaron una pequeña vaquita de peluche rosa con una mancha blanca sobre el lomo y cuernos de tela...
   Los primeros años nos juntábamos mis tíos y mis primos y hacíamos una gran fiesta en Nochebuena y Navidad, y lo pasábamos muy bien juntos.
   Aunque también disfrutaba mucho con mi hermano Ismael. Como la noche de Nochebuena nos acostábamos más tarde, inventábamos un montón de juegos tales como lanzarnos cojines que guardábamos en el "cuarto de los juguetes", por encima de la puerta abierta de un armario que había allí: el juego consistía en que el que cubriera antes todo el cuerpo del otro con cojines era el ganador.
   Mis padres nos hicieron creer en la magia de la Navidad: cada año colocaban los regalos en un lugar distinto y los buscaban junto a nosotros. También dejaban leche y mantecados o un vasito de moscatel para los hambrientos Reyes Magos, y dejaban las miguitas y los envoltorios para que viéramos que habían dado buena cuenta de ellos.
   Cuando ya sabíamos que no existían ni los Reyes Magos ni Papá Noel, nos dedicábamos a la búsqueda exhaustiva de regalos por toda los rincones imaginables. Un año mi madre se enfadó muchísimo al ver que habíamos abierto un regalo la tarde de Nochebuena.
   También, cuando ya no nos dedicábamos al lanzamiento de cojines, veíamos los especiales navideños que eran tan divertidos. Especialmente los de Martes y trece.
   Ahora, ya no pasamos la Navidad juntos... El trabajo no me lo permite. Pero rememoro esas muchas navidades, sin dejar de disfrutar de las que paso ahora. Felices Fiestas.
 

lunes, 28 de noviembre de 2011

Pongamos que hablo de Madrid.

-  Iremos a buscar mis títulos de la UNED y nos comeremos un bocata de calamares, que es lo típico de allí.
Primer depósito canal Isabel II

   Parecía una misión sencilla, pero se convirtió en una carrera contrarreloj y un estupendo paseo por el metro y la ciudad universitario de Madrid.
   Y es que contigo, amor, todo la rutinario se convierte en una aventura fantástica. Vemos situaciones divertidas en lo que a otras personas les supondría una pérdida de tiempo y un fastidio.


Estatua Bravo Murillo.






   Todo a tu alrededor birlla más, la gente es más amable, porque tú lo eres con ellos.

  Vemos urracas y te parecen unas aves demasiado hermosas para ser tan solo urracas. Si se lo pidieses, con tu encanto, seguramente desplegarían sus alas y se convertirían en pavos reales solo para tus bellos ojos azules

Facultad de Derecho de la UNED.


   Todos los conductores de autobús nos han ayudado a llegar a nuestro destino y, es que, resulta que no soy la única que se rinde ante tu sonrisa y tus afables modales.
    En las dependencias de la UNED y en ambas facultades, también se han desvivido para que obtuvieses los títulos y los certificados y supiéramos luego llegar hasta donde habíamos aparcado el coche en primer lugar. Je, je, en la Avenida Pablo Iglesias, ahora ya no se me olvidará.

Facultad de Psicología UNED.


   No sé si soy yo tu talismán de la suerte o tú eres el mío, pero contigo: los planes simpre salen bien.







domingo, 6 de noviembre de 2011

22 de marzo de 1997


   Querida mamá:
   ¡Felicidades! ¡Ya tienes 46 añitos! Muy bien llevados por cierto, (que conste que no es peloteo).
   Quiero que sepas que te quiero mucho y que me alegro de que tengamos tanta confianza la una en la otra. Que siempre te has portado muy bien conmigo y, aunque me hayan costado 16 años para entenderlo, siempre has querido lo mejor para mí. Me gustaría decirte que, aunque yo esté lejos, con mi perro claro, viviendo o estudiando, siempre te llevaré en mi corazón y en mi pensamiento y que acudiré a tu lado siempre que me necesites.
   La razón por la que no te he regalado nada material y te regalo esta carta es, porque sé que los verdaderos sentimientos es lo que más te gusta y porque quiero que la guardes siempre de recuerdo; para que cuando esté lejos o enfadada sepas que igualmente te quiero y te querré siempre porque, dicho de forma vulgar, lo has hecho muy bien conmigo:
-  Siempre has estado a mi lado cuando lo necesité.
-  Siempre intentas comprenderme y ayudarme.
-  Nunca te olvidas de mí y me pides siempre la opinión.
-  Porque tienes mucha confianza en mí.
-  Porque nunca te enfadas durante demasiado tiempo conmigo.
  
   Siento todas las veces que te he hecho daño y las malas contestaciones que a veces te doy, pero hay veces que no me entiendo ni yo.
   Gracias por escucharme y comprenderme y que sepas que cuando seas más, mucho más mayor y necesites ayuda, yo cuidaré de ti.
   TE QUIERE Y TE QUERRÁ SIEMPRE. TU HIJA.


LIDIA

viernes, 4 de noviembre de 2011

EL PUENTE DEL TROLL

EL PUENTE DEL TROLL



Terry Pratchett. Homenaje a Tolkien.



   El viento soplaba en las montañas y llenaba el aire de diminutos cristales de hielo.
   Hacía demasiado frío para nevar. Cuando el tiempo estaba así, los lobos bajaban a los pueblos y, en el corazón de los bosques los árboles explotaban al congelarse.
   Cuando hacía un tiempo así, la gente sensata permanecía en sus casas, frente al hogar, y se contaban historias sobre héroes.
 
  
   Eran un viejo caballo y un viejo jinete. El caballo parecía una tostadora envasada al vacío; el hombre tenía el aspecto de que el único motivo por el que no caía de la montura era que no podía reunir las fuerzas necesarias para ello. A pesar del cortante viento helado, sólo iba vestido con una corta falda de piel y un vendaje sucio en una rodilla.
   Se quitó una empapada colilla de los labios y la aplastó contra la otra mano.
-   Está bien, vamos a hacerlo- dijo.
-   Para ti es muy fácil - contestó el caballo - . Pero ¿y si tienes uno de tus ataques de vértigo? Y últimamente tienes la espalda fatal. ¿Cómo me sentiré si nos devoran porque tienes un tirón en la espalda en un mal momento?
-   Eso no pasará - aseguró el hombre.
   Se deslizó hasta las heladas piedras y sopló sobre sus dedos. Luego sacó del fardo una espada con un filo que parecía una sierra mal conservada y asestó unos mandobles en el aire con escasa convicción.
-  Todavía conservo mi viejo estilo - comentó.
   El hombre hizo una mueca y fue a apoyarse en un árbol.
-   Juraría que esta maldita espada está más pesada cada día.
-   Tendrías que volver a guardarla - le aconsejó el rocín - . Ya basta por hoy. ¡Hacer esas cosas a tu edad! No está bien.
   El hombre puso los ojos en blanco.
-   ¡Jodida subasta! Esto es lo que me pasa por comprar algo que le perteneció a un mago - maldijo, dirigiéndose al frío mundo en general -. Te miré los dientes y los cascos, pero no se me ocurrió escuchar.
-   ¿Quién crees que estaba pujando contra ti? - replicó el equino.
   Cohen el Bárbaro siguió apoyado en el árbol. No estaba totalmente seguro de poder volver a enderezarse.
-   Debes de tener muchos tesoros escondidos - supuso el caballo -. Podríamos ir hacia el Límite. ¿Qué te parece? Es bonito y hace calor. Un bonito y caluroso lugar, con una playa, ¿eh? ¿Qué me dices?
-   No hay ningún tesoro - declaró Cohen -. Me lo gasté todo en la bebida. Lo di todo. Lo perdí.
-   Debiste haber guardado algo para la vejez.
-   Jamás pensé que llegaría a la vejez.
-   Algún día morirás - dijo el caballo -. Podría ser hoy.
-   Ya lo sé, ¿Por qué crees que he venido aquí?
   El equino se giró y miró hacia el barranco. Allí, el camino era sinuoso y difícil de seguir. Unos árboles jóvenes se abrían paso entre las piedras. El bosque estaba apiñado a ambos lados. En unos años más, nadie sabría que allí había bajado un sendero. Por su aspecto tampoco lo sabía nadie ahora.
-   ¿Has venido aquí a morir?
-   No. Pero hay algo que siempre he querido hacer. Desde que era un muchacho.
-   ¿Ah, sí?
   Cohen intentó incorporarse. Los tendones lanzaron mensajes candentes por sus piernas.
-   Mi padre... - chilló. Luego recuperó el control -. Mi padre me dijo... - Pugnó por tomar aire.
-   Hijo... - trató de ayudarlo el caballo.
-  ¿Qué?
-   Hijo. Ningún padre llama a su chaval "hijo" a menos que esté a punto de impartirle algo de su sabiduría. Todo el mundo lo sabe.
-   Son mis recuerdos.
-   Perdón.
-   Me dijo: "Hijo...". Sí, vale. "Hijo, cuando venzas a un troll en combate singular, podrás hacer cualquier cosa".
   El caballo parpadeó. Luego volvió a examinar el sendero entre los árboles hasta la profundidad del barranco. Allí había un puente de piedra.
   Tuvo un horrible presentimiento.
   Pateó nerviosamente el suelo con los cascos.
-   Vamos hacia el Límite - insistió -. Es bonito y hace calor.
-   No.
-   ¿Qué ganamos matando a un troll? ¿Qué conseguirás con eso?
-   Un troll muerto. De eso se trata. En cualquier caso, no es necesario matarlo. Basta con vencerlo. Uno contra uno. Mano a... troll. Si no lo intento, mi padre se revolverá en su tumba.
-   Me dijiste que te expulsó de la tribu cuando tenías once años.
-   Lo mejor que pudo haber hecho jamás. Me enseñó a volar con las alas de otros. Ven aquí, ¿quieres?
   El caballo se puso a su lado. Cohen se agarró a la silla y se incorporó.
-   Y tú quieres luchar hoy contra un troll... - rezongó el equino.
   Cohen rebuscó en el saco y extrajo la bolsa de tabaco. El viento sacudió el papel de fumar mientras enrollaba un cigarrillo.
-   Eso es.
-   Y hemos hecho todo este camino para eso.
-   Teníamos que hacerlo - dijo Cohen -. ¿Cuándo fue la última vez que viste un puente con un troll debajo? Cuando yo era un chaval, los había a cientos. Ahora hay más trolls en las ciudades que en las montañas. La mayoría, gordos como cerdos. ¿Para qué combatimos en tantas guerras? Ahora... cruza ese puente.
   Era un puente solitario sobre un río poco profundo, espumoso y traicionero en un hondo valle. La clase de lugar donde uno se topa con...
   Una figura gris saltó sobre el parapeto y cayó con los pies separados frente al caballo. Blandía un garrote.
-   Está bien - gruñó.
-   Oh... - empezó el caballo.
   El troll parpadeó. Incluso los cielos fríos y nubosos del invierno reducían seriamente la conductividad del cerebro de silicona de un troll. Tardó todo este tiempo en darse cuenta de que no había nadie en la silla.
   Parpadeó de nuevo, porque sintió de pronto la punta de un cuchillo en el cogote.
-   Hola - saludó una voz junto a su oreja.
   El troll tragó saliva. Pero con mucho cuidado.
-   Mira, esto es una tradición, ¿vale? - dijo a la desesperada -. En un puente como éste, la gente tiene que esperar que aparezca un troll.
   "Por cierto - añadió, cuando otro pensamiento llegó a duras penas-, ¿cómo es que no te he oído acercarte?
-   Porque esto lo hago bien - repuso el viejo.
-   Eso es verdad - confirmó el rocín -. Se ha acercado sigilosamente a otros hombres más veces de las que tú has asustado a tus cenas.
   El troll se arriesgó a mirarlo de reojo.
-   ¡Por todos los demonios! - susurró -. Te crees que eres Cohen el Bárbaro, ¿no?
-   ¿Y tú qué crees? - dijo Cohen el Bárbaro.
-   Escucha - intervino el caballo -, si no se hubiese envuelto las rodillas con vendas, lo habrías descubierto por el crujir de sus huesos.
   El troll necesitó un cierto tiempo para entenderlo.
-  ¡Oh, vaya! - exclamó jadeante - ¡En mi puente! ¡Vaya!
-   ¿Qué? - preguntó Cohen.
   El troll se zafó de la presa y agitó las manos frenéticamente.
-   ¡Está bien! ¡Está bien! - gritó mientras Cohen avanzaba -. ¡Ya me tienes! ¡Ya me tines! ¡No voy a resistir! Sólo quiero llamar a mi familia, ¿de acuerdo? De lo contrario nadie me creerá. ¡Cohen el Bárbaro! ¡En mi puente!
   Su pecho, enorme y duro como una piedra, se hinchó aún más.
     - ¡Mi jodido cuñado siempre está fardando de su jodido puente de madera - añadió -, y mi mujer no sabe hablar de otra cosa . ¡Ja! Me gustaría verle la cara ahora... ¡Oh, no! ¿Qué vas a pensar de mí?
-   Buena pregunta - dijo Cohen.
   El troll soltó el garrote y estrechó la mano de Cohen.
-   Me llamo Mica - se presentó - ¡Qué gran honor! - se asomó al parapeto y vociféró -: ¡Berila! ¡Sube! ¡Y trae a los niños!
   Cuando se volvió hacia Cohen, el rostro del troll estaba resplandeciente de felicidad y orgullo.
-   Berila siempre dice que tendríamos que mudarnos, encontrar algo mejor; pero yo le contesto que este puente ha sido de nuestra familia durante generaciones. Siempre ha habido un troll bajo el Puente de la Muerte. Es la tradición.
   Una enorme mujer troll con dos niños a cuestas subió por la ribera arrastrando los pies, seguida de una fila de trolls más pequeños. Todos ellos se alinearon detrás de su padre y observaron a Cohen con grandes ojos.
-   Te presento a Berila - dijo el troll. Su mujer miró ceñuda a Cohen -. Y éste... - empujó hacia adelante a una copia más pequeña y enfurruñada de sí mismo - es mi chaval, Pedregal. Una lasca de la vieja roca. Será el que se encargue del puente cuando yo ya no esté, ¿verdad, Pedregal? ¡Mira, este señor es Cohen el Bárbaro! ¿Qué te parece, eh? ¡En nuestro puente! No sólo tenemos mercaderes ricos y fofos como tío Piritas - añadió el troll, hablando todavía su hijo pero mirando por el rabillo del ojo a su mujer-; tenemos héroes de verdad, como en los viejos tiempos.
-  ¿Es rico, éste? - preguntó.
-   El dinero no tiene nada que ver - contestó el troll.
-  ¿Vas a matar a papá? - inquirió Pedregal, suspicaz.
-   ¡Pues claro que sí! - afirmó Mica con severidad -. Es su trabajo. Y luego seré famoso y me mencionarán en canciones y en cuentos. Éste es Cohen el Bárbaro, ¿comprendes?, no un gilipollas del pueblo. Es un héroe famoso que ha hecho todo este viaje para vernos, así que mostradle más respeto.

Cohen el Bárbaro

   "Lo siento señor - se disculpó después ante Cohen-. Ya sabe cómo son los chicos de hoy.
   El caballo empezó a reírse con disimulo.
-   Bueno, escucha... - empezó Cohen.
-   Recuerdo que papá me contó cosas de usted cuando yo era un guijarrito - dijo Mica - "Monta sobre el mundo como un "closo", me decía.
   Se produjo un silencio. Cohen se preguntó que era un "closo" y sintió la pétrea mirada de Berila clavada en él.
-   No es más que un viejo - comentó ella -. No me parece un héroe. Si es tan bueno, ¿por qué no es rico?
-  Bueno, escucha...- intentó contestar Mica.
-  ¿Esto es lo que hemos estado esperando todos estos años? - lo interrumpió la troll-. ¿Por eso hemos estado bajo un puente con goteras? ¿Esperando a viejos con las piernas vendadas? ¡Tendría que haberle hecho caso a mi madre! ¿Y ahora quieres que deje a mi hijo quedarse sentado bajo el puente esperando que venga otro viejo a matarlo? ¿Esto es ser un troll? ¡Bueno, pues ni hablar!
-   ¿Quieres escucharme?
-   ¡Ja! ¡Piritas no tiene viejos! ¡Consigue mercaderes ricos y gordos!Es alguien. ¡Debiste haber ido con él cuando tuviste la ocasión!
-   ¡Antes comería gusanos!
-   ¿Gusanos, eh? ¿Desde cuándo podemos permitirnos comer gusanos?
-   ¿Podemos hablar en privado? - intervino Cohen.
   Echó a andar hacia el otro extremo del puente, haciendo oscilar la espada. El troll lo siguió, caminando sin hacer ruido.
   Cohen buscó la bolsa de tabaco. Miró al troll y sostuvo la bolsa en alto.
-   ¿Fumas?
-   Eso puede matarte - repuso el troll.
-   Sí. Pero no hoy.
-   ¡No te quedes todo el día charlando con tus amiguitos! - vociferó Berila desde su lado del puente -. ¡Hoy te toca ir al aserradero! ¡Ya sabes que Chert dijo que no podría guardarte el empleo si no te tomabas el trabajo en serio!
  Mica sonrió a Cohen con un gesto de disculpa.
-   Se preocupa mucho por mí - le explicó.
-   ¡No voy a recorrerme el río otra vez para sacarte del lío! - rugió Berila -. ¡Cuéntale lo de los machos cabríos, señor Gran Troll!
-   ¿Machos cabríos? - preguntó Cohen.
-   No sé nada de esos machos cabríos - dijo Mica -. Siempre está hablando de los machos cabríos, y yo no sé nada de ellos. - E hizo una mueca.
   Observaron cómo Berila se llevaba a los jóvenes trolls por la ribera hasta la oscuridad que se extendía bajo el puente.
-   La cuestión es que no pretendía matarte - declaró Cohen cuando se quedaron a solas.
   El troll quedó decepcionado.
-   ¿No?
-   Sólo quería tirarte desde el puente y robarte los tesoros que tuvieras.
-   ¿Sí?
   Cohen le dio unas palmadas en la espalda.
-   Además - añadió -, me gusta la gente con... buena memoria. Eso es lo que necesita el país: buena memoria.
-   Hago cuanto puedo, señor - repuso el troll, poniéndose firme - Mi chaval quiere ir a trabajar a la ciudad. Le he dicho que ha habido un troll bajo este puente durante casi quinientos años.
-   Así que, si me entregas tu tesoro, seguiré mi camino - prosiguió Cohen.
   El rostro del troll se crispó en un súbito ataque de pánico.
-   ¿Tesoro? No tengo ninguno.
-   ¡Oh, vamos! ¿Con un puente como el tuyo?
-   Sí, pero ya nadie baja por el sendero - dijo Mica -. La verdad es que has sido el primero en varios meses. Berila dice que tendría que haberme ido con su hermano cuando construyeron la nueva vereda por su puente, pero - levantó la voz - yo dije: ha habido trolls bajo este puente...
-   Ya, ya - lo cortó Cohen.
-   El caso es que el puente se está cayendo - continuó el troll-. Y no tienes ni idea de lo que cobran los albañiles. ¡Serán cabritos enanos! No puede uno confiar en ellos. - Se inclinó hacia Cohen y agregó en tono confidencial - : Para ser franco, tengo que trabajar tres días a la semana en el aserradero de mi cuñado para llegar a fin de mes.
-   Creía que tu cuñado vivía bajo un puente.
-   Uno de ellos. Pero mi mujer tiene tantos hermanos como los perros tienen pulgas -explicó el troll, y miró hacia el torrente con desolación -. Uno de ellos es maderero en Aguas Agrias, otro tiene el puente y el tercero es un gordo comerciante en Pica Amarga. ¿Te parece un trabajo para un troll?
-  Pero uno está en el negocio de los puentes.
-   ¿El negocio de los puentes? ¿Sentado sobre una caja todo el día y haciendo pagar una pieza de plata a los viajeros que quieren cruzarlo? ¡La mitad del tiempo ni siquiera está en su sitio! Paga a un enano para que le haga de recaudador. ¡Y se llama troll! ¡No puedes distinguirlo de un humano a menos que lo mires de cerca!
   Cohen asintió, comprensivo.
-   ¿Sabes que tengo que ir a cenar con ellos cada semana? - prosiguió el troll -. ¿Con los tres? Y tener que escucharles que hay que adaptarse a los tiempos...
  " ¿Qué hay de malo en ser un troll bajo un puente? - agregó, mirando a Cohen-. Me crié para ser un troll bajo un puente, quiero que Pedregal sea un troll bajo un puente cuando yo ya no esté. ¿Qué hay de malo en eso? Si no, ¿qué sentido tiene todo? ¿Para qué vivimos?
   Se recostó en el parapeto con gesto abatido, mirando hacia las espesas aguas.
-   ¿Sabes? - dijo Cohen despacio -, recuerdo la época en que un hombre podía cabalgar desde aquí a las Montañas Afiladas y no ver ningún ser vivo. - Paseó los dedos por la espada y añadió -: Al menos, ninguno en un largo trecho.
   Tiró la colilla y continuó:
-   Ahora, todo son granjas. Pequeñas granjas dirigidas por gente pequeña. Y vallas por todas partes. Mires donde mires, verás granjas, vallas y gente pequeña.
-   Ella tiene razón - dijo el troll, continuando su conversación anterior -. No hay futuro en seguir saltando de debajo de un puente.
-   No tengo nada en contra las granjas, por supuesto - prosiguió Cohen -. Ni contra los granjeros. Tiene que haberlos. Lo malo es que antes estaban muy lejos, en los límites. Ahora, esto es el límite.
-   Siempres hacia atrás - declaró el troll-. Siempre cambiando. Como mi cuñado Chert. ¡Un aserradero! ¡Un troll dirigiendo un aserradero! ¡Y tendrías que ver el lío que está organizando con el bosque de las Sombras Cortadas!
   Cohen, sorprendido, levantó la mirada.
-   ¿Cuál, el de las arañas gigantes?
-   ¿Arañas? No hay arañas allí. Sólo tocones de árbol.
-   ¿Tocones? ¿Tocones? Me gustaba ese bosque. Era... bueno, era oscuro. Hoy en día ya no se encuentra un bosque sombrío. En un bosque com ése se sabía lo que era sentir terror.
-   ¿Quieres sombras? Lo está replantando con abetos rojos - dijo Mica.
-   ¡Abetos!
-   No es idea suya. No distingue un árbol de otro. Todo se le ocurrió a Arcilla. Él lo enredó.
   Cohen sintió un mareo.
-   ¿Y quién es Arcilla?
-   Te he dicho que tengo tres cuñados, ¿no? çEste es el comerciante. Dijo que si se replantaba, sería más fácil vender el terrreno.

   Se produjo una larga pausa mientras Cohen asimilaba la información.
-   No se puede vender el bosque de las Sombras Cortadas - dijo al fin -. No pertenece a nadie.
-   Así es. Dice que por eso puede venderle.
   Cohen descargó el puño sobre el parapeto. Una piedra se desprendió y cayó al barranco.
-   Perdón - se excusó.
-   No te preocupes. Ya te he dicho que se está cayendo a pedazos.
   Cohen se revolvió.
-   ¿Qué ocurre? Recuerdo todas las grandes guerras del pasado. ¿Tú no? Debiste luchar en ellas también.
-   Llevaba un garrote, sí.
-   Se suponía que todo era por un nuevo y brillante futuro basado en la ley y todo lo demás. Eso era lo que decía la gente.
-   Bueno, yo combatía porque un troll grandullón con un látigo me obligaba - dijo Mica con cautela -. Pero sé lo que quieres decir.
-   Quiero decri que no lo hicimos por los granjeros y los abetos rojos, ¿no?
-   Y aquí estoy yo reivindicando mi puente - filosofó Mica, con gesto abatido -. Y tú has hecho todo este camino...
-   Y había un rey o algo así - continuó Cohen vagamente, contemplando el agua -. Y creo que había hechiceros. Pero seguro que había un rey. Estoy casi seguro. Jamás lo conocí. ¿Sabes? - Sonrió al troll - No logro acordarme de su nombre. No creo que me lo dijeran.

   Una media hora después, el caballo de Cohen salió de los sombríos bosques a un páramo desolado y azotado por el viento. Siguió caminando con paso cansino por un tiempo hata que dijo:
-   Muy bien... ¿Cuánto le has dado?
-   Doce piezas de oro - contestó Cohen.
-   ¿Por qué le diste doce piezas de oro?
-   Sólo llevaba doce.
-   Debes de estar loco.
-   Cuando empecé con este negocio de ser bárbaro - dijo Cohen -, todos los puentes tenían un troll debajo. Y no se podía atravesar un bosque como el que acabamos de cruzar sin que una docena de trasgos intentase cortarte la cabeza. - Suspiró - Me pregunto qué ha sido de todos ellos.
-  Tú sabrás - insinuó el caballo.
-   Bueno, vale. Pero siempre creí que habría más. Siempre pensé que babría nuevos límites.
-   ¿Cuántos años tienes?
-   Ni idea.
-   Entonces eres lo bastante viejo para no llamarte a engaño.
-   Sí, tienes razón.
   Cohen encendió otro cigarrillo y tosió hasta que se le humedecieron los ojos.
-   ¿Se te está ablandando el cerebro?
-   Sí.
-   ¡Darle hasta tu última moneda a un troll!
-   Sí - confirmó Cohen, y lanzó una voluta de humo al sol poniente.
-   ¿Por qué?
   Cohen contempló el cielo. El resplandor rojizo era frío como las laderas del infierno. Un viento helado cruzó la estepa y sacudió los restos de su melena.
-   Por la forma como deberían ser las cosas - respondió.
-   ¡Ja!
-   Por las cosas como fueron antes.
-   ¡Ja!
   Cohen agachó la cabeza. Y sonrió.
-  Y por tres direcciones. Algún día moriré - dijo -, pero creo que hoy, no.


   El vieno soplaba en las montañas y llenaba el aire de diminutos cristales de hielo. Hacía demasiado frío para nevar. Cuando el tiempo estaba así, los lobos bajaban a los pueblos y, en el corazón de los bosques, los árboles explotaban al congelarse. Pero cada vez quedaban menos lobos, y menos bosques.
   Cuando hacía un tiempo así, la gente sensata permanecía en sus casas, frente al hogar.
   Y se contaban historias sobre héroes.






viernes, 28 de octubre de 2011

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS


 GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER


 El monte de las ánimas. (Leyenda soriana)


  La noche de difuntos me despertó a no sé qué hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria.
   Intenté dormir de nuevo. ¡Imposible! Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda. Por pasar el rato, me decidí a escribirla, como en efecto lo hice.
   A las doce de la mañana, después de almorzar bien, y con un cigarro en la boca, no le hará mucho efecto a los lectores de El Contemporáneo (Bécquer supone acertadamente que las narraciones fantásticas necesitan un público en situación, en el ambiente adecuado, es decir, la noche.). Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo, cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche.
   Sea de ella lo que quiera, allá va, como el caballo de copas.



I

-  Atad a los perros, haced la señal con las trompas para que se reúnana los cazadores y demos vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas.
-  ¡Tan pronto!
-  A ser otro día, no dejaría yo de concluir con ese rebaño de lobos que las nieves del Moncayo han arrojado de sus madrigueras; pero hoy es imposible. Dentro de poco sonará la oración en los Templarios, las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte.
-  ¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?
-  No, hermosa prima. Tú ignoras cuanto sucede en este país, porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos. Refrena tu lengua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esta historia.
   Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos. Los condes de Borges y de Alcaudiel montaron en sus magníficos caballos, y todos juntos siguieron a sus hijos Beatriz y Alonso, que precedían la comitiva a bastante distancia.
   Mientras duraba el camino, Alonso narró en estos términos la prometida historia:
-   Ese monte que hoy llaman de las Ánimas pertenecía a los templarios, cuyo convento ves allí, a la margen del río. Los templarios eran guerreros y religiosos a la vez. Conquistada Soria a los árabes, el rey los hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente, haciendo con ello notable agravio a sus nobles de Castilla, que así hubieran solos sabido defenderla como la conquistaron. Entre los caballeros de la nueva y poderosa orden y los hidalgos de la ciudad se fermentó por algunos años, y estalló al fin, un odio profundo. Los primeros tenían acotado ese monte, donde reservaban caza abundante para satisfacer sus necesidades y contribuir a sus placeres. Los segundos determinaron organizar una gran batida en el coto, a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos con espuelas, como llamaban a sus enemigos. Cundió la voz del reto, y nada fue parte a detener a los unos en su manía de cazar y a los otros en su empeño de estorbarlo. La proyectada expedición se llevó a cabo. No se acordaron de ell las fieras. Antes la tendrían presente tantas madres como arrastraron sendos lutos por sus hijos. Aquello no fue uan cacería. Fue una batalla espantosa: el monte quedó sembrado de cadáveres. Los lobos, a quienes se quiso exterminar, tuvieron un sangriento festín. Por ultimo, intervino la autoridad del rey; el monte, maldita ocasión de tantas desgracias, se declaró abandonado, y la capilla de los religiosos, situada en el mismo monte, y en cuyo atrio se enterraron juntos amigos y enemigos, comenzó a arruinarse. Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos. Por eso en Soria lo llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes de que cierre la noche.

   La relación de Alonso concluyó justamente cuando los dos jóvenes llegaban al extremo del puente que da paso a la ciudad por aquel lado. Allí esperaron al resto de la comitiva, la cual, después de incorporársele los dos jinetes, se perdió por entre las estrechas calles de Soria.


II

   Los servidores acababan de  levantar los manteles; la alta chimenea gótica del palacio de los condes de Alcudiel despedía un vivo resplandor, iluminando algunos grupos de damas y caballeros que alrededor de la lumbre conversaban familiarmente, y el viento azotaba los emplomados vidros de las ojivas del salón.
   Solas dos personas parecían ajenas a la conversación: Beatriz y Alonso. Beatriz seguía con los ojos, y absorta en un vago pensamiento, los caprichos de la llama. Alonso miraba el reflejo de la hoguera chispear en las azules pupilas de Beatriz.
   Ambos guardaban hacía rato un profundo silencio.
   Las dueñas referían, a propósito de la noche de difuntos, cuentos temerosos, en los que los espectros y los aparecidos representaban el principal papel; y las campanas de las iglesias de Soria doblaban a lo lejos con un tañido monótono y triste.
-  Hermosa prima - exclamó, al fin Alonso, rompiendo el largo silencio en que se encontraban-, pronto vamos a separarnos, tal vez para siempre; las áridas llanuras de Castilla, sus costumbres toscas y guerreras, sus hábitos sencillos y patriarcales, sé que no te gustan, te he oído suspirar varias veces, acaso por algún galán de tu lejano señorío.
   Beatriz hizo un geto de fría indiferencia: todo un carácter de mujer se reveló en aquella desdeñosa contracción de sus delgados labios.
-  Tal vez por la pompa de la corte francesa, donde hasta aquí has vivido - se apresuró a añadir el joven -. De un modo o de otro, presiento que no tardaré en perderte... Al separarnos, quisiera que llevases una memoria mía... ¿Te acuerdas cuando fuimos al templo a dar las gracias a Dios pro haberte devuelto la salud que viniste a buscar a esta tierra? El joyel que sujetaba la pluma de mi gorra cautivó tu atención. ¡Qué hermoso estaría sujetando un velo sobre tu oscura cabellera! Ya ha prendido el de una desposada; mi padre se lo regaló a la que me dio el ser, y ella lo llevó al altar... ¿Lo quieres? 
-   No sé en el tuyo - contestó la hermosa -, pero en mi país una prenda recibida compromete una voluntad. Sólo en un día de ceremonia debe aceptarse un presente de manos de un deudo... que aún puede ir a Roma sin volver con las manos vacías. (Una prenda en tales circunstancias es tanto como una promesa formal de matrimonio y en caso de incumplimiento podría mediar la Iglesia).
   El acento helado con que Beatriz pronunció estas palabras turbó un momento al joven que, después de serenarse, dijo con tristeza:
-   Lo sé, prima; pero hoy se celebran Todos los Santos, y el tuyo entre todos, hoy es día de ceremonias y presentes. ¿Quieres aceptar el mío?
   Beatriz se mordió ligeramente los labios y extendió la mano para tomar la joya, sin añadir una palabra.
   Los dos jóvenes volvieron a quedarse en silencio, y volviéndose a oír la cascada voz de las viejas que habitaban de brujas y de trasgos,y el zumbido del aire que hacía crujir los vidrios de las ojivas, y el triste y monótono doblar de las campanas.
   Al cabo de algunos minutos, el interrumpido diálogo tornó a anudarse de este modo:
-   Y antes de que concluya el día de Todos los Santos, en que así como el tuyo se celebra el mío, y puedes, sin atar tu voluntad, dejarme un recuerdo, ¿no lo harás? - dijo él, clavando una mirada en la de su prima, que brilló como un relámpago, iluminada por un pensamiento diabólico.
-   ¿Por qué no? - exclamó ésta, llevándose la mano al hombro derecho como para buscar alguna cosa entre los pliegues de su ancha manga de terciopelo bordado de oro. Después, con una infantil expresión de sentimiento, añadió-: ¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy en la cacería, y que no sé qué emblema de su color me dijiste que era la divisa de tu alma?
-   Sí.
-   ¡Pues... se ha perdido! Se ha perdido, y pensaba dejártela como recuerdo.
-   ¡Se ha perdido! ¿Y dónde? - preguntó Alonso, incorporándose de su asiento y con una indescriptible expresión de temor y esperanza.
-   No sé, en el monte, acaso.
 -   ¡En el Monte de las Ánimas! - murmuró, palideciendo y dejándose caer sobre el sitial - . ¡En el Monte de las Ánimas! - luego prosiguió, con voz entrecortada y sorda - : Tú lo sabes, porque lo habrás oído mil veces. En la ciudad, en toda Castilla, me llaman el rey de los cazadores. No habiendo podido aún probar mis fuerzas en los combates, com mis ascendientes, he llevado esa diversión, imagen de la guerra, todos los bríos de mi juventud, todo el ardor hereditario de mi raza. La alfombra que pisan tus pies son despojos de fieras que han muerto por mi mano. Yo conozco sus guaridas y sus costumbres, y he combatido con ellas de día y de noche, a pie y a caballo, solo y en batida, y nadie dirá que me ha visto huir el peligro en alguna ocasión. Otra noche volaría por esa banda, y volaría gozoso como a una fiesta: y, sin embargo, esta noche... esta noche, ¿a qué ocultártelo?, tengo miedo. ¿Oyes? Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos de entre las malezas que cubren sus fosas... ¡Las ánimas!, cuya sola vista puede helar de horror la sangre del más valiente, tornar sus cabellos blancos o arrebatarle en el torbellino de su fantástica carrera como una hoja que arrastra el viento sin que se sepa adónde.
   Mientras el joven hablaba, una sonrisa imperceptible se dibujó en los labios de Beatriz, que cuando hubo concluido, exclamó en un tono indiferente y mientras atizaba el fuego del hogar, donde saltaba y crujía la leña, arrojando chispas de mil colores.
-   ¡Oh! Eso de ningún modo. ¡Qué locura! ¡Ir ahora al monte por semejante friolera! ¡Una noche tan oscura, noche de difuntos y cuajado el camino de lobos!
   Al decir esta última frase la recargó de un modo tan especial, que Alonso no pudo menos que comprender toda su amarga ironía; movido como por un resorte se puso de pie, se pasó la mano por la frente, como para arrancarse el miedo que estaba en su cabeza y no en su corazón, y con voz firme exclamó, dirigiéndose a la hermosa, que estaba aún inclinada sobre el hogar, entreteniéndose en revolver el fuego:
-   Adiós, Beatriz, adiós. Hasta... pronto.
-   ¡Alonso, Alonso! - dijo ésta, volviéndose con rapidez; pero cuando quiso o aparentó querer detenerle, el joven había desaparecido.

    A los pocos minutos se oyó el rumor de un caballo que se alejaba al galope. La hermosa, con una radiante expresión de orgullo satisfecho que coloreó sus mejillas, prestó atento oído a aquel rumor que se debilitaba, que se perdía, que se desvaneció por último.
Las viejas, en tanto, continuaban con sus cuentos de ánimas aparecidas; el aire zumbaba en los vidrios del balcón, y las campanas de la ciudad doblaban a lo lejos.

III

   Había pasado una hora, dos, tres; la medianoche estaba a punto de sonar, cuando Beatriz se retiró a su oratorio. Alonso no volvía, no volvía, y, a querer, en menos de una hora pudiera haberlo hecho.
-   ¡Habrá tenido miedo! - exclamó la joven, cerrando su libro de oraciones y encaminándose a su lecho, después de haber intentado inútilmente murmurar algunos de los rezos que la iglesia consagra en el día de los difuntos a los que ya no existen.
   Después de haber apagado la lámpara y cruzado las dobles cortinas de seda, se durmió; se durmió con un sueño inquieto, liegero, nervioso.

   Las doce sonaron en el reloj del Postigo. Beatriz oyó entre sueños las vibraciones de las campanas, lentas, sordas, tristísimas, y entreabrió los ojos. Creía haber oído, a parte de ellas, pronunciar su nombre, pero lejos, muy lejos, y por una voz ahogada y doliente. El viento gemía en los vidrios de la ventana.
-   Será el viento - dijo, y poniéndose la mano sobre el corazón procuró tranquilizarse.
   Pero su corazón latía cada vez con más violencia, las puertas de alerce del oratorio habían crujido sobre sus goznes con un chirrido agudo, prolongado y estridente.
   Primero una y luego las otras más cercanas, todas las puertas que daban paso a su habitación iban sonando por su orden; éstas con un ruido sordo y grave, aquéllas con un lamento largo y crispador. Después, silencio; un silencio lleno de rumores extraños, el silencio de la medianoche; con un murmullo monótono de agua distante,
 lejanos ladridos de perros, voces confusas, palabras ininteligibles; eco de pasos que van y vienen, crujir de ropas que arrastran, suspiros que se ahogan, respiraciones fatigosas que casi se sienten, estremecimientos voluntarios que anuncian la presencia de algo que no se ve, y que no obstante se nota su aproximación en la oscuridad.
   Beatriz, inmóvil, temblorosa, adelantó la cabeza fuera de las cortinas y escuchó un momento. Oía mil ruidos diversos; se pasaba la mano por la frente, tornaba a escuchar; nada, silencio.
   Veía, con esa fosforescencia de la pupila en las crisis nerviosas, como bultos que se movían en todas direcciones y, cuando dilatándolas las fijaba en un punto, nada; oscuridad, las sombras impenetrables.
-   ¡Bah! - exclamó, volviendo a recostar su hermosa cabeza sobre la almohada de raso azul del lecho -, ¿Soy yo tan miedosa como estas pobres gentes cuyo corazón palpita de terror bajo una armadura al oír una conseja de aparecidos?
   Y cerrando los ojos intentó dormir...; pero en vano había hecho un esfuerzo sobre sí misma. Pronto volvió a incorporarse, más pálida, más inquieta, más aterrada. Ya no era una ilusión: las colgaduras del brocado de la puerta habían rozado al separarse, y unas pisadas lentas sonaban sobre la alfombra; el rumor de aquellas pisadas era sordo, casi imperceptible, pero continuado, y a su compás se oía crujir una cosa como madera o hueso. Y se acercaban, se acercaban, y se movió el reclinatorio que estaba a la orilla de su lecho. Beatriz lanzó un grito agudo, y rebujándose en la ropa que la cubría escondió la cabeza y contuvo el aliento.
   El aire azotaba los vidrios del balcón; el agua de la fuente lejana caía y caía con un rumor eterno y monótono; los ladridos de los perros se dilataban en las ráfagas del aire, y las campanas de la ciudad de Soria, unas cerca, otras distantes, doblaban tristemente por las ánimas de los difuntos.
   Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche aquella le pareció eterna a Beatriz. Al fin, despuntó la aurora. Vuelta de su temor, entreabrió los ojos a los primeros rayos de luz. Después de una noche de insomnio y de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y blanca del día! Separó las cortinas de seda del lecho, tendió una mirada serena a su alrededor, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados, cuando un sudor frío cubrió su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una palidez mortal descoloró sus mejillas: sobre el reclinatorio había visto, sangrienta y desgarrada, la banda que perdiera en el monte, al banda azul que fue a buscar Alonso.
   Cuando sus servidores llegaron, despavoridos, a noticiarle la muerte del primogénito de Alcudiel, que a la mañana había aparecido devorado por los lobos entre las malezas del Monte de las Ánimas, la encontraron inmóvil, crispada, asida con ambas manos a una de las columnas de ébano del lecho, desencajados los ojos, entreabierta la boca, blancos los labios, rígidos los miembros, muerta, muerta de horror.

IV

   Dicen que después de acaecido este suceso, un cazador extraviado que pasó la noche de Difuntos sin poder salir del Monte de las Ánimas, y que el otro día, antes de morir, pudo contar lo que viera, refirió cosas horribles. Entre otras, se asegura que vio a los esqueletos de los antiguos templarios y de los nobles de Soria enterrados en el atrio de la capilla levantarse al punto de la oración con un estrépito horrible y, caballeros sobre osamentas de corceles, perseguir como a una fiera a una mujer hermosa, pálida y desmelenada que, con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Frases de libros.

Esta es una selección totalmente subjetiva de frases de algunos libros que, en su momento, significaron algo para mí. O me hicieron identificarme con los personajes o situaciones descritas.

UNA FIESTA COMO ÉSTA, PAMELA AIDAN



. "El corazón que es consciente de su integridad, tarda en dar crédito a la traición de otro".
. "Debe entregarse al olvido lo que no tiene remedio. Lo hecho, hecho está."
. "Al mal que no tiene cura, ponerle la cara dura."


BRAANGELINA



. "Una plegaria para los salvajes de corazón que están enjaulados". Tenesse Williams.
. " Cada uno tiene algo que lo enjaula. Esto es una plegaria para que cada uno sea sólo él mismo." Angelina Jolie.

BIOGRAFÍA CLINT EASTWOOD PATRICK MCGILLIGAN


. "Descubrí que había que mentir tanto para vender productos que no lo pude soportar". Asa Eastwood, padre del tatarabuelo de Clint.
. " Clint era solo cuatro años mayor que su única hermana, y cabe pensar que debían de ser felices compañeros de juegos." Mi hermano es cuatro años mayor que yo.
. "A Clint le gustaba estar solo. Todos sus juguetes poseían personalidad propia. Hablaban con él y representaban sus ideas. (...) A menudo jugaba, solo, y en tal situación la imaginación se activa mucho."




ÁLBUM DE BODA, NORA ROBERTS

. " Seduce mi mente y tendrás mi cuerpo, descubre mi alma y seré tuya para siempre." Anónimo.
. "-¿Porqué es un tío simpático, dulce y un poco patoso que besa como un guerrero?-" Emma.
. " Se le daba mejor escribir que decir las cosas. Casi siempre."
. " - Para mí, el instituto representó practicar la supervivencia. Los empollones ocupamos uno de los niveles más bajos de los estratos sociales, y los demás no paran de menospreciarnos o insultarnos. Podría escribir un artículo sobre el tema.-" Carter.
. " El hecho de que Emma estuviera presente facilitaba las cosas. Emmaline era la mejor cuando se pretendía que los demás se sintieran cómodos."

CUMBRES BORRASCOSAS, EMILY BRÖNTE


. " Y ahí es donde se puede ver la diferencia entre nuestros sentimientos: si él estuviera en mi lugar y yo en el suyo, aunque le aborreciera con un odio que convirtiera mi vida en hiel, nunca habría levantado la mano contra él. ¡Puedes poner cara de incredulidad si quieres! Yo nunca podría haberle apartado de ella, al menos mientras ella lo hubiese querido así. Mas en el momento en que perdiera su estima, ¡le habría arrancado el corazón y me habría bebido su sangre! Sin embargo, hasta entonces, y si no me crees es que no me conoces, hasta entonces ¡preferiría morir con certeza antes que tocarle un solo pelo de la cabeza!" Heatcliffe.
. " Si todo pereciera y él se salvara, yo podría seguir existiendo; y si todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el universo entero se convertiría en un desconocido totalmente extraño para mí. " Cathy.

ECLIPSE, STEPHENIE MEYER



. "-Una persona inteligente tiene en cuenta todos los aspectos de una decisión. " Jacob Black. 


AMANECER, STEPHENIE MEYER



. " - Podías haberle atizado un mamporro a Jared. - arguyó Leah - No me habría importado."
. " - Soy capaz de hacer ambas cosas y de darte un cabezazo." Leah.
. " - Yo ya tengo mis propios planes: voy a conseguir un curro en algún sitio de La Push y quizá algún curso. Me meteré en clases de yoga y de meditación hasta ser capaz de controlar mi genio." Leah.
. "- Al menos sería tan interesante como extraño tener a Leah como compañera, y como amiga, pues una cosa era segura, nos íbamos a meter el uno en la piel del otro, y un montón. Ella no iba a dejar que me revolcara por los suelos de la autocompasión, y eso yo lo valoraba positivamente. Lo más probable era que yo necesitara a alguien que me pateara las costillas de vez en cuando, pero a la hora de la verdad, ella era la única amiga que tenía alguna oportunidad de comprender por lo que yo estaba pasando. " Jacob.
. "- Leah no es de las que se muerden la lengua y se lo guardan todo dentro, así que probablemente se lo habrá soltado todo hoy.- " Jacob.
. " El afecto personal es un lujo que solo puedes permitirte una vez que han sido eliminados tus enemigos. Hasta ese momento, tus seres queridos se convierten en rehenes, minando tu coraje y corrompiendo tu juicio." Orson Scott Card.
. "- Siobhan creía lo mismo, pero ella tenía ese modo de decidir sus objetivos y entonces casi... convertirlos en realidad con solo desearlos." Carlisle.

EL ÚLTIMO DICKENS, MATHEW PEARL



. " -Se comenta que es usted una de las cuatro chicas más guapas de a bordo. Y eso a pesar de ser demasiado intelectual y de que no se puede decir una sola palabra a favor de su estilo, con esa ropa de luto que le da una apariencia demasiado pálida y resuelta. ¿Por qué no ponerse una flor en el cinturón de vez en cuando para dar pie a algún galanteo ocasional de los hombres? Y siempre lleva un libro apoyado en la cadera como si fuera un chicazo." - Christie a Rebecca.
. " - El amor no es un concepto, Christie, sino un instantes. Una mirada silenciosa que te clava en los ojos alguien que sabe exactamente quién eres y lo que necesitas." Rebecca.


EL NOMBRE DEL VIENTO, PATRICK ROTHFUSS


. "Siempre sus deudas paga el calderero:
paga una vez cuando lo ha comprado,
paga doble a quien  le ha ayudado,
paga triple a quien le ha insultado".







. " Hay dos formas de perder a un amigo: una es pedirle dinero, y la otra, prestárselo."
. " La experiencia me ha enseñado que la mejor forma de protegerte de tus enemigos, es hacerles creer que no pueden hacerte daño."
. " Todo aquel que piense que los niños son dulces e inocentes, es que no ha sido niño, o lo ha olvidado."
. " La música es una amante orgullosa y temperamental. Si le dedicas tiempo y la atención que se merece, es toda tuya. Pero si la desairas, llegará un día en que la llamarás y ella no contestará."
.  " Mis padres bailaron jutnos; mi mardre con la cabeza apoyada en el pecho de mi padre. Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente satisfechos. Si encuentras una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con quien puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque dure solo un minuto o un día."


.  " Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
   La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño.
   La segunda es la puerta del olvido. Alguans heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos y, no hay curación posible. El dicho de que "el tiempo todo lo cura" es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
   La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
   La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nadie puede hacernos daño, o eso nos han enseñado."
.  " Que todas sus historias sean alegres, y que todos sus caminos sean cortos y llanos."
.  " Hay que ser un poco mentiroso para contar bien una historia. Demasiada verdad tergiversa los hechos. Demasiada sinceridad te hace parecer falso."
.  " Siempre me han gustado las tabernas. Creo que eso se debe a que nací en los caminos. Una taberna es un lugar seguro, una especie de refugio."
.  " - Los pies dicen mucho de una persona - caviló -. Hay hombres qeu entran aquí, sonrientes, con los zapatos limpios y los calcetines empolvados. Pero cuando se descalzan, sus pies huelen a rayos. Ésas son las personas que ocultan cosas. Tienen secretos apestosos e intentan ocultarlos, como intentan ocultar el hedor de sus pies.-  Se volvió hacia mí -. Pero nunca funciona, la única forma de impedir que te huelan los pies es airearlos un poco. Quizá ocurra lo mismo con los secretos. Pero yo de eso no entiendo. Yo solamente entiendo de zapatos. -.  A veces vienen esos jóvenes de la corte, abanicándose la cara y relatando tragedias inverosímiles. Pero tienen los pies blandos y rosados. Se nota que nunca han ido solos a ninguna parte. Se nota que nunca han sufrido de verdad. (...) Tú tienes unas plantas muy curtidas para tu edad - continuó :- cicatrices, callos. Unos pies como como los tuyos podrían correr todo el día descalzos sobre la piedra y no necesitarían zapatos. Un muchacho de tu edad, solo consigue unos pies así de una manera."
. " Los Tahl tienen un dicho sobre los niños de nuestra edad: "El niño crece, la niña madura".
. " Pedirle a un músico que te deje su instrumento es como pedirle a un hombre que te deje besar a su esposa. Eso es algo que solo entiendes si eres músico. Un instrumento es como una compañera y una amante. Los desconocidos suelen pedir a los músicos que les dejen coger sus instrumentos, y eso les fastidia mucho."
. " Para explicarlo en pocas palabras, diré que me estaba dando suficiente cuerda para que me ahorcara yo mismo. Por lo visto no sabía que, una vez que está hecho el nudo, la soga se ajusta con la misma facilidad a un cuello que a otro."
. " Tuan volgen oketh ama = No te metas una cuchara en el ojo por eso."
. " La experiencia me ha enseñado que la mejor forma de protegerte es hacer creer a tus enemigos que no pueden hacerte daño."
. " Sobre él verteré el hambre y el fuego hasta que la desolación lo aturda y todos los demoniso de la oscuridad exterior miern asombrados y reconozcan que la especialidad del hombre es la venganza."
. " La reputación es como una especie de armadura, o un arma que puedes blandir en caso de necesidad.
. " El orgullo es absurdo, pero es una fuerza poderosa."
. " - Estoy intentando recordar todo lo que he dicho - admití -. A veces me pongo a hablar sin darme cuenta y mi mente tarda un rato en alcanzarme."
. " Siempre me ha pasado lo mismo. Antes de salir a escena, me pongo nervioso y sudo. En cuanto subo al escenario, me quedo calmado como una noche de invierno sin viento."
. " La etiquetea es un puñado de normas que la gente utiliza para poder ser grosera en público con los demás."
. " El metal se oxida, la música dura eternamente."



. " - Flor de selas. Es una planta trepadora, fuerte, que da flores de color rojo intenso. Las hojas son oscuras y delicadas, crecen mejor en sitios umbríos, pero la flor capta los pocos rayos de sol para abrirse - La miré -. Te pega. En ti también hay sombras y luz. La selas crece en los bosques, y no se ven mcuhas, porquesolo la gente muy hábil sabe cuidarla sin hacerle daño. Tiene una fragancia maravillosa. Muchos la buscan, pero cuesta encontrarla."
. " Mira, las mujeres son como el fuego, como las llamas. Algunas son como velas luminosas e inofensivas. Algunas son como chispas, o como brasas, o como las luciérnagas que perseguimos las noches de verano. Algunas son como hogueras, un derroche de luz y calor para una sola noche, y quieren que después las dejemos en paz. Algunas son como el fuego de una chimenea: no muy espectaculares, pero por debajo tienen cálidas y rojas brasas que arden mucho tiempo.
  Pero Dianne,... Dianne es como una cascada de chispas que sale de un afilado cuchillo de hierro que Dios acerca a la piedra de afilar. No puedes evitar mirar, no puedes evitar desearla. Hasta es posible que acerques la mano un segundo. Pero no puedes dejarla allí. Te partirá el corazón..."
. " ¿Para qué voy a llevar un puñal? Soy una dulce y delicada flor ¿no? Una mujer que se pasea exhibiendo un puñal solo busca problemas. Sin embargo, una mujer que esconde un puñal está preparada por si surjen problemas. En general, es más cómodo aparentar que eres inofensiva. Menos problemático."
. "Denna es una criatura salvaje. Como una cierva o una tormenta de verano. Si una tormenta derribara tu casa, o derribara un árbol, no dirías que la tormenta era mala. Era cruel. Actuó conforme a su naturaleza y, desgraciadamente, produjo daños. Con Denna pasa lo mismo.
   "¿Sabes de qué sirve perseguir a una criatura salvaje? De nada. Si persigues a una cierva, solo consigues asustarla. Lo único que puedes hacer es quedarte quieto donde estás, y confiar en que, con el tiempo, la cierva vaya hacia ti."
. " -Eres ambas cosas. Escondida, valiosa, muy buscada y raramente encontrada. (Como un tesoro escondido). - La miré, mi mente apenas prestaba atención a las palabras que salían por mi boca - También tienes mucho de los Fata. - (...) - Nunca estás donde te busco, y apareces cuando menos lo espero. Como el arco iris."
. " No me gusta quedarme donde no soy bien recibido. Todo lo demás lo resuelvo por el camino."
. " Todos tenemos dos mentes: una mente despierta y una mente dormida. Nuestra metne despierta es la que piensa, habla y razona. Pero la mente dormida es más poderosa. Ella ve en lomás profundo de las cosas. Es la parte de nosotros que seuña. Lo recuerda todo. Nos proporcina intuición."
. " La sabiduría excluye la audacia".
. " No podemos hacer ruido, tiene orejas de halcón."
. " Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Siempre. Continuamente. Esa historia es lo que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia."
MAR DE INVIERNO, SUSANNA KEARSLEY


. Serependia: la forma en la que algunos hechos fortuitos confluyen e inciden sobre la vida.
. "A mí jamás me había preocupado demasiado el precio de las cosas. Cuando me lo decían, si podía permitírmelo, lo pagaba sin más, y no perdía el tiempo pensando si habría podido conseguir un precio mejor. Tenía otras cosas en las que ocupar mi mente."
. " Escribí rápida, apresuradamente, reproduciendo el diálogo antes de que las voces del sueño comenzaran a desvanecerse. He aprendido, a través de una dura experiencia, que los retales de trama que me llegan de esta manera, desde mi subconsciente, a menudo desaparecen antes de que mi mente despierta haya tenido tiempo de anotarlos. Sabía que no podía confiarlos a mi memoria."
. "Yo no suelo entablar conversación con los desconocidos, por lo que no estaba muy segura de que, me impulsaba a hacerlo ahora; quizá era la falta de sueño o que sus ojos, cuando sonreía, tenían ua mirada cálida que me invitaba a hablar. (...) me dejó hablar hasta que aterrizamos, y seguí haciéndolo mientras él caminaba a mi lado, aguardaba a que yo recogiera mis bultos y me ayudaba con los más pesados.".
. "Por mucho que me quisiera mi padre, no se sentía cómodo hablando por teléfono. Unos pocos segundos de charla, y enseguida quería pasarle el teléfono a mi madre, mucho más charlatana. "
. "Cuando me metía de lleno en un relato, me olvidaba de comer, de dormir, de cualquier necesidad. El mundo que yo había creado me parecía más real que el que había al otro lado de mi ventana, y solo deseaba evadirme a mi ordenador, perderme dentro de otro lugar, de otras épocas."
. "A pesar de su agradable aspecto físico, no escendía en mí ninguna chispa y, aunque habái pasado bastante tiempo desde la última vez que había sentido eso con alguien, sabía reconocer cuando eso sucedía."
. "Supongo que es la maldición de mi oficio: tener una imaginación desbordada."
. "Observé que tenía unas manos hermosas, bien formadas, capaces y fuertes, y que, sin embargo, su presión sobre la pata del spaniel era delicada."
. "Yo lo miraba y trataba de recordar la última vez que un hombre había cocinado para mí y había lavado los platos después. Como la mente se me quedó totalmente en blanco, pasé a otra cosa."
. "Tenía los hombros anchos y las piernas musculosas del que no lleva una vida de regalos y privilegios, sino qe se la gana con su trabajo."
. " Los hombres que observan y hablan poco son a menudo más sabios que aquellos a los que sirven."
. " Él no era un hombre al que le gustara permanecer todo el rato sentado."
. " Era fácil escribir diálogos para los personajes en mis libros, pero en la vida real las palabras no me salían nunca como yo quería expresarlas."
. " A veces, los peores momentos de mi vida, me inspiraban los mejores giros en mis tramas."
. " La ventaja de novelar era que podía forzar a mis personajes a hacer cosas que las personas reales no harían jamás en la vida".
. " Cuando le tenía entre sus brazos parecía que el mundo estaba muy lejos de ellos y que nada podía insmiscuirse en su sueño."
. " Adondequiera que vaya, mi Alma estará contigo, es solo mi Sombra lo que puedo llevarme lejos de ti."
. " Si él pretende ser un lobo dentro de un redil, haremos bien en dejarle que crea que somos ovejas."
. " John guarda para sí sus ideas y sentimientos, porque lo siente todo muy profundamente. Ha sido así desde niño."

EL TEMOR DE UN HOMBRE SABIO




. " Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable."
.  " -(...) ¿Están las cosas tan mal como parece?¿O me he vuelto viejo como mi padre, y a todo le encuentro un sabor amargo comparado con cuando era niño?".
.  " - No lo has visto porque estabas muy entretenido cayéndote - dijo con voz queda - , pero cuando has salido corriendo, se ha reído. Ha soltado tres buenas carcajadas desde lo más hondo del vientre. Tiene una risa maravillosa. Es como la fruta. Como la música. Llevaba meses sin oírla."
. " Mave me caía bien. Era más alta que la mayoría de los hombres, orgullosa como un gato, y dominaba como mínimo cuatro idiomas. Muchos músicos de Imre se esforzaban para vestir a la última moda, con la esperanza de mezclarse así con la nobleza; pero Mave llevaba ropa de viaje: unos pantalones con los que podrías trabajar todo un día, y botas con las que podrías recorrer treinta kilómetros. No estoy diciendo que llevara prendas burdas, cuidado. Lo que quiero decir es que no le interesaban ni la moda ni las fruslerías. Llevaba ropa hecha a medida, ceñida y favorecedora. Esa noche, iba vestida de granate y marrón, los colores de su mecenas, lady Jable."
. "Denna interpretaba el papel de acompañante hermosa y encantadora. En el pasado, la había visto vestida más o menos como yo, con ropa sencilla y resistente, apropiada para viajar y trabajar."
. " Al oírlos, las mujeres de las mesas de alrededor giraron la cabeza y los miraron con acidez, entornando los ojos. Su voz tuvo el efecto contario sobre mí. Que fuera rico y atractivo era bastante insoportable, pero que además tuva u ana voz como la miel sobre una rebanada de pan caliente era sencillamente inexcusable. Al oír el sonido de su voz me sentí como un gato al que agarran por la cola y al que frotan el lomo a contrapelo con la mano mojada."
. "He oído lo que los poetas escriben sobre las mujeres. Componen rimas y rapsodias, y mienten. He visto a marineros en la orilla contemplando en silencio la lenta ondulación del mar. He visto a viejos soldados con el corazón de cuero que derramaban lágrimas al ver los colores de su rey ondeando al viento. Creedme: esos hombres no saben nada el amor. No lo encontraréis en las palabras de los poetas ni en la mirada anhelante de los marineros. Si queréis saber algo sobre el amor, miradle las manos a un músico de troupe cuando toca su instrumento. Los músicos de troupe sí saben."


. " No me asusta decir en voz alta lo que piensa todo el mundo."
. " - Pero va a enseñar a otros alumnos, ¿por qué a mí no?
    - Porque eres demasiado entusiasta para tener la paciencia necesaria - me contestó con ligereza -. Eres demasiado orgulloso para escuchar como es debido. Y eres demasiado listo. Eso es lo peor."
. " El portero volvió a sonreírme. Era una sonrisa tan elegante, educada y profundamente desagradable que tomé buena nota de ella y la grabé en mi memoria. Una sonrisa como aquella es una obra de arte. Como había crecido en los escenarios, supe apreciarla en varios sentidos. Una sonrisa como aquella es como un puñal en ciertos escenarios sociales, y quizá algún día la necesitara."
-  " No me gusta estar encerrada bajo llave. No me importa que me ofrezcan unas habitaciones bonitas, pero si no tengo libertad para ir y venir, es como si no fueran mías" Denna.
. " Entonces oí una risa que se destacaba, aguda y radiante por encima del monótono murmullo del gentío. La habría reconocido en cualquier sitio: la risa de Denna. la conocía como la palma de mis mis manos."
. " Las mejores mentiras son sencillas."
. " El hábito no hace al monje, pero si quieres interpretar tu papel, necesitas el disfraz adecuado."
. " Cuando observo atentamente, se me escapan pocos detalles."
. " Hice un encogimiento de hombros que superaba con creces el suyo, fue un gesto tan desenfadado que habría puesto celoso a un gato."
. " Y soy Edena Ruh hasta la médula. Lo que significa que mi sangre es roja. Significa que respiro aire puro y camino por donde me llevan los pies. No me arrastro ni me acobardo como un perro ante nadie solo por el hecho de que tenga un título. Eso lo interpretan como orgullo quienes se han pasado toda la vida lamiéndole el culo a los demás."
. " Ése es el problema. Que es simpática. Es amable y la gente interpreta la amabilidad como debilidad. y es feliz, lo que la gente interpreta como estupidez."
. " No era fácil sacar el lado oscuro de Sim, pero una vez que lo conseguías, no había vuelta atrás."
. " Me reí. Volver a reír me produjo una sensación maravillosa. La risa borboteaba en el fondo de mi estómago y ascendía por mi garganta como las notas de un cuerndo de oro. Aquella risa, por sí sola, valía tres comidas calientes y veinte horas de sueño."
. " Eres mi penique reluciente en la cuneta. Vales más que la sal o que la luna una larga noche de caminata. Eres un vino dulce en mi boca, una canción en mi garganta,  y la risa en mi corazón."
. " - La poesía es una canción sin música. Y una canción sin música es como un cuerpo sin alma".
. " Somos Edena Ruh, Scoop. Lo que más valoramos es un cosa que todo el mundo posee. Podrías contarnos tu historia."
. " - Los Ruh decidimos quién forma parte de nuestra familia y quién no."
. " Cuando eres tan preguntón como yo,a l final acabas sabiendo cuándo es inapropiado preguntar."
. " - El mundo necesita a gente como tú. Resuelves las cosas. No siempre de la mejor manera, ni de la manera más sensata, pero las resuelves. Eres un bicho raro. (...) Alguien te molesta, alguien te ofende, y de pronto saltas. Sabes exactamente qué hacer. Nunca vacilas, ves y reaccionas."
. " Cuando alguien te cuenta un trozo de su vida, te está haciendo un regalo, y no dándote lo que te debe."
. " Habla poco si quieres que te escuchen."
. " - Intento hacerte entender el juego - dijo -. Todo el juego, no solo lo de mover las piedras por el tablero. No se trata de jugar con todo el rigor que puedas. Se trata de ser atrevido. Peligroso. Elegante.
  Golpeó el tablero con dos dedos.
- Cualquiera que esté medianamente despierto puede ver una trampa que le han preparado. Pero entrar en ella con audacia, con un plan para darle la vuelta, eso es maravilloso. - Sonrió, pero no por ello perdió su expresión severa - Tender una trampa y saber que alguien llegará, cuateloso, con su propio truco preparado, y entonces vencerlo. Eso es doblemente maravilloso.
  La expresión de Bredon se suavizó, y su voz se convirtió casi en una súplica.
- El tak refleja el sutil movimiento del mundo. Es un espejo donde se refleja la vida. Nadie gana un baile, muchacho. El sentido del baile es el movimiento de una mente. Estas cosas tienen su propia belleza, pero solo pueden verla quienes tienen ojos para ella.
  Señaló la escueta y brutal disposición de las piedras entre ambos.
- Mira eso. ¿Por qué iba a querer yo ganar una partida así?
  Miré el tablero.
- ¿El objetivo no es ganar? - pregunté.
- El objetivo - dijo Bredon solemnemente - es jugar una hermosa partida. - Levantó ambas manos y encogió los hombros, y entonces en su rostro se distendió una sonrisa beatífica -. ¿Qué interés podría tener yo en ganar una partida que no fuera hermosa?."
. " Denna se movía entre la multitud con lenta elegancia. No era la rigidez que pasa por distinción en los escenarios selectos, sino una desenvoltura natural. Los gatos no piensan en estirarse, sino que se estiran. Pero los árboles simplemente oscilan sin el esfuerzo de moverse. Denna se movía así."
. " En su Teofanía, Teccam habla de los secretos y los llama "tesoros dolorosos de la mente". Explica que lo que la mayoría de la gente considera secretos no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos. Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto, explica Teccam, es un conocimiento cierto atractivamente oculto.
   Los filósofos llevan siglos cuestionando su definición. Señalan los problemas lógicos, las lagunas, las excepciones. Pero en todo este tiempo ninguno ha conseguido presentar una definición mejor. Quizá eso nos aporte más información que todas las definiciones juntas.
   En un capítulo posterior, menos conocido y menos discutido, Teccam expone que existen dos tipos de secretos. Hay secretos de la boca y secretos del corazón.

   La mayoría de los secretos son secretos de la boca: chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en una bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta y, al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.


   Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida, moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.
   Teccam sositene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándonos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar al corazón que los contiene.
   Los filósofos modernos desprecian a Teccam, pero son buitres picoteando los huesos de un gigante. Cuestionad cuanto queráis. Teccam entendía la forma del mundo."
Kvothe y Denna.

. " - ¡Intento ayudarte!
    -  Intentas arreglarme - dijo Denna con aspereza mientras guardaba el arpa -. Intentas comprarme. Organizarme la vida. Quieres conservarme, como si fura tu mascota. Como si fuera tu perro fiel.
   - Yo jamás te compararía con un perro - dije componiendo una sonrisa crispada -. Los perros saben escuchar. Los perros son lo bastante sensatos para no morder la mano qu eintenta ayudarlos."
. " Los verdaderos caldereros itinerantes son unos personajes que no abundan, y siempre me alegro de ver a uno. Mi madre decía que traían suerte, y mi padre los valoraba porque traían noticias. A mí me hacían falta unos cuantos artículos, y eso hizo que aquel encuentro fuera tres veces bienvenido."
. " Prefiero el respeto, pero cuando esto no es posible, un poco de miedo sano puede ayudar mucho a que todo vaya bien."
. " - Callado no es estúpido. ¿Tú? Siempre hablando: Bla, bla, bla, bla. - Hizo un movimiento con una mano, imitando que se abre y se cierra -. Siempre. Como un perro que ladra toda la noche a un árbol. Intenta ser grande. No. Solo ruido. Solo perro."
. " Por suerte, las lenguas son como instrumentos musicales: cuantos más conoces, más fácil es aprender otros."
. " A esas alturas, los ojos de Hespe se habían reducido a dos peligrosas rendijas. Pero más reveladora aún era su boca, que había formado una línea recta y delgada. Voy a daros un consejo: si alguna vez veis esas señales en el rostro de una mujer, callad de inmediato y sentaos sobre las manos. Quizá con eso no logréis arreglar las cosas, pero al menos impediréis que empeoren."
. " - Las preguntas que no podemos contestar son las que más nos enseñan. Nos enseñan a pensar. Si le das a alguien una respuesta, lo único que obtiene es cierta información. Pero si le das una pregunta, él buscará sus propias respuestas."
. " - Cuanto más pobre eres, más valioso es tu orgullo. Yo sé lo que se siente. Jamás habría podido pedirle dinero a un amigo. Habría preferido morir de hambre."
. " Cuando quieres algo, tienes que asegurarte de que eso te quiere a ti, porque si no, pasarás muchos apuros persiguiéndolo."
. "Quizá todo esto os parezca macabro, pero así es la vida. Los saqueadores acaban siendo saqueados, y el teimpo nos hace mercenarios a todos."
Felurian.
. " Felurian estaba sentada con las piernas cruzadas sobre los almohadones, enfrente de mí, con gesto enojado y terrible, y con unos ojos fríos y duros como estrellas lejanas. Con una calma deliberada, se sacudió del hombro una mariposa que movía lentamente las alas. Ese sencillo gesto contenía tal cantidad de furia que se me econgió el estómago y comprendí que: Nadie abandonaba a Felurian, jamás. Ella conservaba a los hombres hasta que su cuerpo y su mente se rompían bajo la presión de amarla. Los conservaba hasta que se cansaba de ellos, y cuando los despedía, ellos enloquecían por haberla perdido. No podía hacer nada. Yo era una novedad. Era un jugete favorito porque era el más nuevo. Quizá Felurian tardara mucho en cansarse de mí, pero ese momento llegaría tarde o temprano. Y cuando por fin me liberara, el deseo de estar con ella me destrozaría."
. " Solo un necio se preocupa por lo que no puede controlar."
. " Para parecer inteligente tienes que saber cerrar la boca cuando conviene."
. " Solo un necio desconfía de lo que ve con sus propios ojos".
. " Tengo buena memoria. Quizá eso sea, más que ninguna otra cosa, lo que me cimienta. Es el talento del que dependen muchas de mis otras habilidades. (...) Venga de donde venga, mi memoria siempre me ha ayudado mucho. A veces funciona mejor de lo que yo quisiera."
. " Un hombre sabio contempla con temor la noche sin luna."

. "- Es una pena que te largaras sin dejar aviso, ¿no? Antes de que te fueras, ella estaba empezando a confiar en ti. Antes de que te enfadaras. Antes de que huyeras. Como hacen todos los hombres. La acosan, la colman de palabras dulces, y luego desaparecen. Dejándola sola. Menos mal que ya está acostumbrada, ¿no? Si no, quizá le habrías partido el corazón a esa pobre chica."
. "Cada mujer es como un instrumento, y espera que la entiendan, la amen y la toquen con delicadeza, para por fin hacer sonar su verdadera música."
. "Todas las culturas son diferentes, pero hay una cosa que no varía: la manera más segura de ofender a tu anfitrión es rechazar su hospitalidad."
. " Solo lo que se dobla puede enseñar."
. " Yo sé hacer que la voz llegue lejos sin necesidad de levantarla. Fuimos los Ruh quienes inventamos el susurro teatral."
. " - Una historia es como un fruto seco - dijo Vashet -. Un necio se la traga entera y se atraganta. Otro necio la tira creyendo que no tiene ningún valor - sonrió -. Pero una mujer sabia encuentra la manera de romper la cáscara y comerse el fruto que hay en el interior."

. " - No hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección."
. " El agua de los Edena es más dulce que el vino para quienes llevan un tiempo en el camino."
. " Creo que todos tenemos una pregunta que nos dirige. Una pregunta que nos mantiene despiertos por la noche. Una pregunta a la que damos vueltas como un perro juguetea con un hueso. Si entiendes la pregunta de un hombre, estás más cerca de entender al hombre."
. " - Las palabras "Edena Ruh" tienen un olor demasiado intenso para muchas narices de la nobleza. Su esposa acaba de comprobar que ni su perfume puede taparlo."
. " Ahora quiero que tú respires para mí".
Fela.

. "-  Pero desde que has vuelto, se ha convertido en algo casi físico - continuó Fela -. Ahora, cuando me miras, ocurre algo detrás de tus ojos. Algo con reminiscencias de fruta dulce, sombras y luz de lámparas. Algo salvaje de lo que las doncellas feéricas huyen bajo un cielo violeta. Es algo terrible. Me gusta."


                                                     EMBOSCADA. NORA ROBERTS.


. " Con un buen diestramiento, un hombre puede ser el mejor amigo del perro". Corey Ford.
. " En su opinión, una de las mejores cualidades de los perros era su alegría absoluta al ver regresar a si amo a casa, ya hubiera faltado unos minutos o cinco días. Era un amor incodicional e infinito."


. " Perros por el suelo y fuego en la chimenea hacían que la estancia fuera acogedora, se dijo."
. " Todo lo que sé me lo han enseñado los perros".
. " Estuve llorando un rato porque sabía que iba a matarme y no podía hacer nada para evitarlo. Iba a matarme porque quise salir a correr esa mañana sola. Pensé en mi familia, en Greg, en mis amigos y en mi vida. Dejé de llorar y me cabreé. No había hecho nada para merecerlo."
. " Simon reconoció que tenía cierto atractivo. Si a uno le gustaban las mujeres mega extrovertidas, a las que les gustaba tocar y abrazar a todo el mundo, y que estaban estupendas con vaqueros, con pantalón de deporte, con sudadera o jersey."

. " - También tienes razón en lo del pan. Mi madre suele hacerlo mucho. Cocinar es una especie de pasatiempo para ella."
. " Consiguió superarlo, dejarlo atrás. El trabajo y la rutina la ayudaban a soportar el paso de las horas. Canalizó el exceso de nervios con ejercicios físicos, librándose de la tensión a través del sudor, hasta que el artículo que rememoraba el infierno y la pérdida que sufrió dejó de importar."
. " Lo mejor de tener un perro es que a su lado puedes hacer el ridículo y, en vez de regañarte, él lo hace también." Samuel Butler.