domingo, 6 de noviembre de 2011

22 de marzo de 1997


   Querida mamá:
   ¡Felicidades! ¡Ya tienes 46 añitos! Muy bien llevados por cierto, (que conste que no es peloteo).
   Quiero que sepas que te quiero mucho y que me alegro de que tengamos tanta confianza la una en la otra. Que siempre te has portado muy bien conmigo y, aunque me hayan costado 16 años para entenderlo, siempre has querido lo mejor para mí. Me gustaría decirte que, aunque yo esté lejos, con mi perro claro, viviendo o estudiando, siempre te llevaré en mi corazón y en mi pensamiento y que acudiré a tu lado siempre que me necesites.
   La razón por la que no te he regalado nada material y te regalo esta carta es, porque sé que los verdaderos sentimientos es lo que más te gusta y porque quiero que la guardes siempre de recuerdo; para que cuando esté lejos o enfadada sepas que igualmente te quiero y te querré siempre porque, dicho de forma vulgar, lo has hecho muy bien conmigo:
-  Siempre has estado a mi lado cuando lo necesité.
-  Siempre intentas comprenderme y ayudarme.
-  Nunca te olvidas de mí y me pides siempre la opinión.
-  Porque tienes mucha confianza en mí.
-  Porque nunca te enfadas durante demasiado tiempo conmigo.
  
   Siento todas las veces que te he hecho daño y las malas contestaciones que a veces te doy, pero hay veces que no me entiendo ni yo.
   Gracias por escucharme y comprenderme y que sepas que cuando seas más, mucho más mayor y necesites ayuda, yo cuidaré de ti.
   TE QUIERE Y TE QUERRÁ SIEMPRE. TU HIJA.


LIDIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario